Microbiota y microbioma: una relación que transforma la salud de la piel
- 21 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 ago

La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en distintas zonas del cuerpo, como la piel, mucosas o intestino, viviendo en simbiosis con nosotros.
Incluye bacterias, arqueas, virus y organismos eucariotas como hongos y protozoos. Estos microbios aportan beneficios esenciales, como ayudar en la digestión, proteger frente a patógenos y contribuir al equilibrio del organismo.
El concepto de microbioma, por su parte, amplía el de microbiota: incluye no solo los microorganismos, sino también sus metabolitos y fragmentos de ADN dispersos en el ecosistema. Así, cuando hablamos del microbioma humano, nos referimos a la interacción entre los microbios y su entorno químico y genético, tanto en la piel como en otros órganos.
Descubre en este artículo cual es la conexión entre la microbiota intestinal y el microbioma cutáneo, y cómo su equilibrio impacta en la salud y belleza de la piel.
Tipos de microbiota en el cuerpo humano
El cuerpo humano alberga microbiotas específicas según el órgano o tejido:
Intestinal: clave para la digestión y la producción de metabolitos beneficiosos.
Oral: protege la boca y las vías respiratorias.
Vaginal: mantiene el equilibrio hormonal y protege frente a infecciones.
Cutánea: refuerza la barrera protectora de la piel.
Ocular y biliar: protegen ojos y sistema biliar respectivamente.
Algunos órganos, como la sangre o el cerebro, permanecen libres de bacterias, mientras que otros están en constante contacto con microorganismos y dependen de ellos para su equilibrio.
La conexión intestino-piel
La microbiota intestinal tiene un papel clave en la salud general y también en la salud de la piel. Alteraciones en el intestino, conocidas como disbiosis, pueden derivar en enfermedades digestivas, autoinmunes o incluso neurodegenerativas, como Parkinson y Alzheimer.
Además, la disbiosis intestinal puede afectar directamente al microbioma cutáneo, aumentando la susceptibilidad de la piel a acné, eccema, psoriasis y otras afecciones. Por eso, mantener un equilibrio microbiano intestinal mediante una dieta rica en prebióticos y probióticos, frutas, verduras y evitando tóxicos como alcohol, tabaco y exceso de azúcar, resulta esencial para la piel.
Microbioma cutáneo: la barrera protectora de la piel
El microbioma cutáneo protege frente a patógenos y daños ambientales, y colabora con la función inmunológica de la piel. Un microbioma equilibrado ayuda a regular la inflamación y a mantener la piel sana y resistente.
La relación intestino-piel se refleja en cómo los metabolitos microbianos producidos en el intestino pueden influir en la piel, reforzando su barrera protectora y fomentando un cutis más equilibrado y radiante.

Conclusión
La salud de la piel no depende solo de los productos que aplicamos externamente, sino también del equilibrio de nuestra microbiota intestinal.
Mantener un intestino sano mediante dieta, prebióticos y probióticos, junto con fórmulas de cosmética avanzada que respeten el pH natural y refuercen el microbioma cutáneo, es la combinación ideal para lograr una piel sana, protegida y luminosa.




Comentarios