Probióticos y Postbióticos: Entendiendo la Ciencia Detrás del Cuidado de la Piel con Microbioma
- 21 oct
- 3 Min. de lectura

Como una de las primeras marcas en aplicar la ciencia del microbioma en sus fórmulas, Esse ha sido testigo del creciente interés por el cuidado de la piel con probióticos. Cada vez más personas descubren la importancia del microbioma cutáneo y su papel esencial en la salud y la belleza de la piel. Sin embargo, a medida que más marcas se suman a esta tendencia, es importante comprender que no todos los ingredientes “probióticos” son iguales, ni ofrecen los mismos beneficios.
Probióticos vs. Postbióticos: ¿Cuál es la diferencia?
En el cuidado de la piel, estos dos términos se utilizan con frecuencia, pero describen ingredientes muy distintos:
Postbióticos: son preparados no vivos elaborados a partir de microbios beneficiosos. Aportan algunos beneficios, pero no pueden reproducir la compleja acción de los microorganismos vivos.
Probióticos: son microbios vivos y activos que, al entrar en contacto con la piel, aportan beneficios reales para su salud.
Muchos productos que se anuncian como “probióticos” contienen en realidad postbióticos, ya que son más fáciles de formular. Sin embargo, los probióticos verdaderos ofrecen una gama de beneficios únicos que los ingredientes no vivos no pueden igualar.
Por qué los probióticos vivos marcan la diferencia
A continuación, te contamos cómo los probióticos vivos actúan en la piel y por qué su efecto es tan especial:
1. Colonizan y defienden activamente la piel
Los probióticos vivos compiten con los microbios no deseados, ocupando su espacio y limitando su crecimiento. Actúan como una defensa natural, algo que los postbióticos —al no estar vivos— no pueden hacer.
2. Se adaptan a las necesidades únicas de tu piel
Al ser organismos vivos, los probióticos producen sustancias activas según el entorno, ayudando a equilibrar el microbioma, reforzar la barrera cutánea y mantener una función inmunológica saludable. Los postbióticos, en cambio, contienen solo una cantidad fija de estos compuestos.
3. Comunican con el sistema inmunitario
Existe una relación directa entre el microbioma y el sistema inmunológico. Los probióticos vivos dialogan con las células inmunitarias, ayudando a reducir la inflamación y mantener el equilibrio natural de la piel. Los postbióticos pueden imitar parte de este efecto, pero no logran esa comunicación en tiempo real.
4. Combaten microbios dañinos y biofilms
Los probióticos vivos producen péptidos antimicrobianos (AMP) que neutralizan microorganismos dañinos y evitan la formación de biofilms (estructuras que protegen a bacterias perjudiciales como el Staphylococcus aureus). Los postbióticos no pueden adaptarse ni responder activamente a estas amenazas.
5. Mantienen el pH ideal de la piel
Las bacterias probióticas generan ácidos naturales como el láctico y el hialurónico, esenciales para conservar un pH cutáneo ácido, condición ideal para prevenir el crecimiento de microbios dañinos y mantener la piel equilibrada.
6. Producen enzimas beneficiosas
Los probióticos vivos pueden generar proteasas y lipasas, enzimas que ayudan en la renovación celular y el equilibrio de los aceites naturales. Este proceso mantiene la piel suave, luminosa y saludable.
7. Fortalecen la barrera cutánea
Los probióticos vivos mejoran la unión entre las células, refuerzan la hidratación y la elasticidad, y promueven un microbioma equilibrado. En cambio, los postbióticos aportan beneficios limitados debido a su naturaleza estática.
8. Protegen del daño oxidativo y los rayos UV
Aunque los postbióticos pueden ofrecer antioxidantes, los probióticos vivos van más allá: producen antioxidantes propios, calman la inflamación y ayudan a la piel a generar sus propias defensas frente al estrés oxidativo y la radiación solar.
Entonces, ¿Cuál elegir?
Ambos tipos de ingredientes son útiles, pero solo los probióticos vivos aportan una defensa dinámica, inteligente y adaptativa. No obstante, incluir microorganismos vivos en productos cosméticos es un reto que pocas marcas han conseguido superar con éxito.
Cuando una marca afirma ser “probiótica”, conviene verificar si realmente contiene microbios vivos.
Consejo: pregunta cuántas unidades formadoras de colonias (UFC) por mililitro contiene el producto, ya que esta cifra indica la cantidad de microorganismos vivos presentes.
Conclusión: la ciencia del microbioma, al servicio de tu piel
Los avances tecnológicos han hecho posible aprovechar el poder de los microbios vivos como aliados para la salud de la piel. En Esse, creemos que trabajar con la naturaleza y no contra ella es el futuro del cuidado cutáneo. Los probióticos vivos son un ejemplo fascinante de cómo la ciencia y la biología pueden unirse para crear pieles más equilibradas, resilientes y radiantes.




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